Naranja mecánica.

Nosotros, humanos, que rebosamos de jugo y dulzura, nos vemos obligados a seguir una moral mecánica, inerte, sin sentido. Destruimos todo lo puro y lo sustituimos por un comportamiento calculado y sistemático. Nos lo enseñan desde nuestro primer segundo de vida y lo seguimos manteniendo hasta nuestro último latido. Y lo peor es que pensamos que es lo correcto. 
Nos olvidan. No nos enseñan a ser un individuo, sino a ser un colectivo, y debemos desear lo que el colectivo necesita, debemos conseguir lo que el colectivo desea. Debemos callar.
Escupimos nuestras verdaderas necesidades para tragarnos unas pautas que nos pudren por dentro, que nos destruyen. Pero nos han enseñado a sonreír.
Nos han enseñado a callar.

Nosotros somos naranjas mecánicas.

Palabras perdidas en el eco.

 Vivimos en un mundo en el que se utiliza a las personas y se quiere a los objetos.  

Las emociones quedan atrás, dando paso a lo superficial y evidente. Solo importa el Yo, el Ego. Este gato ya ha hablado miles de veces de este asunto, pero es que en cada día de su existencia los humanos le muestran más y más claros signos de esta sentencia. Y lo peor de todo es que se sienten orgullosos.
Minorías hay, por supuesto. Pero, al fin y al cabo, lo que cuenta es la mayoría (como en todo). "La mayoría siempre tiene razón". 

Normalmente los humanos se fijan solo en lo evidente. Si una película trata de drogas, su mensaje es que "las drogas están mal". Si alguien sonríe, los humanos piensan que todo le va bien. Si por la televisión solo hay programas de cotilleo, ellos inconscientemente pensarán que lo importante y correcto es criticar.
Los humanos creen cualquier cosa que les digan sin cuestionar, y más aún si es alguien con prestigio social. Si un famosillo sale por la televisión diciendo que los burros vuelan, la población le creerá. Que triste.
Este gato se pregunta qué ocurre con los detalles. ¿Por qué los olvidan?¿Por qué los ignoran?
Las pequeñas muestras de afecto, las pequeñas metáforas en las películas o las críticas hacia la realidad en los medios de comunicación... Todo eso se ha quedado en el olvido. 

Y este gato pregunta: ¿Cuál es la solución...?

Los humanos disfrutan haciendo el mal a los demás. 
Los humanos solo se centran en sí mismos. 
Los humanos son egoístas por naturaleza.

Y, contra eso, no hay solución.

Nostalgia.

Querido Desconocido:

Desde que te fuiste, esto es un sin-vivir. Los días carecen de sentido, y las voces de la noche no me dejan dormir. Poder respirar se ha vuelto doloroso. Todos mis pensamientos desembocan en ti. Intento aferrarme a una sola idea, a un solo futuro; pero es demasiado efímero como para sostenerme. Vivo con el miedo de no saber qué será de mí el día de mañana. Y todo por no estar aquí, Querido Desconocido.
De un día a otro, el futuro pasó de ser esperanzador a ser, simplemente,  nada . Se resquebrajó junto con todos mis anhelos, todos mis deseos y todas mis sonrisas. No hay futuro sin ti.

Porque, Querido Desconocido, sé que no vas a volver. Sé que no hay vuelta atrás. Pero ojalá, ojalá, pudieras. 

Ojalá pudiera cambiar las cosas y pudieses volver a mí. A mi vida. A mi futuro.

Querido Desconocido, estés donde estés, dile a Destino que no se olvide de mí.

Soñar es tan necesario como respirar.

Los años de imaginación ilimitada se le están agotando a este gato. Día a día va a menos. 
Antes, este gato podía pasarse días enteros entre nubes, alejada de toda realidad. Inmersa en su propio mundo.
Un mundo que alejaba cualquier desdicha.
Un mundo que necesitaba casi tanto como respirar.
Pero está desapareciendo.
Poco a poco, los pies tocan el suelo.
Cualquier fantasía queda lejos.
Poco a poco, la realidad toma el relevo. Y con ella, todo el aburrimiento posible.
Este gato echa de menos aquellos mundos, aquellos paisajes... donde prácticamente se había criado desde donde alcanza su memoria.
Demasiados años en él como para que ahora tenga que mudarse a este sombrío y seco mundo. 
Un mundo que ha abandonado cualquier contacto con lo espiritual. 

Recipiente vacío.

El Ser.
Hace tiempo que le "maté", literariamente hablando. El Ser era una buena forma de desahogarme, dejémoslo ahí.
Y ya que mi inspiración parece haberse tomado unas largas vacaciones, voy a dar el relevo a El Ser.

...y El Ser, caminando a ciegas, tuvo que detenerse. La voz que le guiaba a lo lejos había desaparecido. Se había ido, como todos. Sin embargo, El Ser se negó a quitarse la venda que llevaba sobre sus ojos. Nunca más lo haría. Prefería seguir viviendo en su imaginación, era más apacible que enfrentarse a la realidad. Un gesto bastante cobarde, pero era su manera de protegerse.
El Ser se sentó en su camino, con una sonrisa en su rostro, aún sin poder ver.
Quizás sea mejor así, pues si nunca abre los ojos, nunca verá la sombra que se cierne sobre ella.~




Vivimos felices en el engaño.

One Winged Angel.

Hoy, es el típico día en el que no hay nada que hacer; en el que no hay nada que quieras hacer.
Hoy, es el típico día en el que todo parece haberte abandonado. 
Hechas en falta cosas.
A personas.
Deseas grandes cambios estructurales.
Cambios a tu alrededor.
Anhelas la llegada de quien te puede sacar de aquí. Pero lo único que puedes hacer es esperar.
Esperar y solo esperar.
Y, entonces, este gato se pregunta el porqué de dicha situación.
Este gato ha hecho el esfuerzo de cambiar de aires, pero todo ha acabado como siempre. Los intereses de los demás eran completamente distintos a los de esta criatura. Beber, beber y más beber. ¡Pobres ellos! La verdad es que es bastante triste dedicar tu vida o "solucionar tus problemas" con alcohol o, en su defecto, tabaco. Aunque lo peor es que muchos de ellos se enorgullecen de ello; incluso ponen en su twitter cuanto han bebido o qué injusta es la vida cuando tienes mono y los estancos están cerrados. No, en serio, venga ya; espabilad. 
El caso es que fue un esfuerzo inútil.
Así pues, este gato sigue en su refugio junto con sus libros; esperando tiempos nuevos.

Estos humanos...

El gran objetivo de cada persona es alcanzar la felicidad. Una felicidad material.
Uno se distrae con los objetos. Conseguir más y más cosas realmente inútiles para nuestra existencia es lo que se lleva ahora.
Aprender más, tener curiosidad por lo que sucede a nuestro alrededor, por descubrir la verdad, ser más difícil de ser engañado se ha quedado completamente atrás.
¿Por qué?
Este gato cree que es porque la ignorancia da la felicidad. Uno es feliz sabiendo únicamente que todos los días se tiene que levantar a determinada hora para ir a aquel lugar, regresar después y centrarse en su círculo social más cercano. Lo único que necesita para sobrevivir es saber que tiene que respirar, comer y reproducirse. ¿Qué más da saber lo que ocurre en la otra punta del mundo? ¿Qué más da saber lo que ocurrió antes de nuestro nacimiento? ¿Qué más da dudar de las cosas que nos dicen? ¿Qué más da ser o no críticos con nuestro entorno? ¿Qué más da saber si cada día somos más y más esclavos de nuestra propia ignorancia? ¿Qué más da saber si habrá algo después de la muerte?...
Lo ideal para ellos es que les den todo masticado. Que no tengan que pensar y les den todo lo que quieren sin dar nada a cambio.

Vivimos en el mundo al revés.