lunes, 16 de julio de 2012

Recipiente vacío.

El Ser.
Hace tiempo que le "maté", literariamente hablando. El Ser era una buena forma de desahogarme, dejémoslo ahí.
Y ya que mi inspiración parece haberse tomado unas largas vacaciones, voy a dar el relevo a El Ser.


...y El Ser, caminando a ciegas, tuvo que detenerse. La voz que le guiaba a lo lejos había desaparecido. Se había ido, como todos. Sin embargo, El Ser se negó a quitarse la venda que llevaba sobre sus ojos. Nunca más lo haría. Prefería seguir viviendo en su imaginación, era más apacible que enfrentarse a la realidad. Un gesto bastante cobarde, pero era su manera de protegerse.
El Ser se sentó en su camino, con una sonrisa en su rostro, aún sin poder ver.
Quizás sea mejor así, pues si nunca abre los ojos, nunca verá la sombra que se cierne sobre ella.~




Vivimos felices en el engaño.