martes, 18 de septiembre de 2012

Palabras perdidas en el eco.

 Vivimos en un mundo en el que se utiliza a las personas y se quiere a los objetos.  

Las emociones quedan atrás, dando paso a lo superficial y evidente. Solo importa el Yo, el Ego. Este gato ya ha hablado miles de veces de este asunto, pero es que en cada día de su existencia los humanos le muestran más y más claros signos de esta sentencia. Y lo peor de todo es que se sienten orgullosos.
Minorías hay, por supuesto. Pero, al fin y al cabo, lo que cuenta es la mayoría (como en todo). "La mayoría siempre tiene razón". 

Normalmente los humanos se fijan solo en lo evidente. Si una película trata de drogas, su mensaje es que "las drogas están mal". Si alguien sonríe, los humanos piensan que todo le va bien. Si por la televisión solo hay programas de cotilleo, ellos inconscientemente pensarán que lo importante y correcto es criticar.
Los humanos creen cualquier cosa que les digan sin cuestionar, y más aún si es alguien con prestigio social. Si un famosillo sale por la televisión diciendo que los burros vuelan, la población le creerá. Que triste.
Este gato se pregunta qué ocurre con los detalles. ¿Por qué los olvidan?¿Por qué los ignoran?
Las pequeñas muestras de afecto, las pequeñas metáforas en las películas o las críticas hacia la realidad en los medios de comunicación... Todo eso se ha quedado en el olvido

Y este gato pregunta: ¿Cuál es la solución...?

Los humanos disfrutan haciendo el mal a los demás. 
Los humanos solo se centran en sí mismos. 
Los humanos son egoístas por naturaleza.

Y, contra eso, no hay solución.